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Cómo un pequeño primate se convirtió en una sensación científica
IDA el lémur
Cada aficionado a los fósiles conoce al ave primitiva Archaeopteryx o al Tyrannosaurus Rex llamado Sue. El 19 de mayo de 2009, otro superestrella de la paleontología se unió a este prominente círculo...
el lémur IDA.
Hace 47 millones de años, IDA vivía en la fosa de Messel cerca de la actual ciudad alemana de Darmstadt.
La mano de IDA estaba rota cuando intentó beber de un lago. Los gases tóxicos de las profundidades la dejaron inconsciente. Cayó al agua, se hundió en el fondo del lago y se fosilizó.
Hoy sabemos que la forma de la articulación del tobillo de IDA sugiere una conexión con simios y humanos. Incluso la última comida de IDA está preservada.
El descubridor de IDA la encontró en 1983 en la fosa de Messel, que en realidad iba a convertirse en un vertedero. La conservó y IDA colgó inadvertida del mundo durante 23 años como un Picasso en la pared de su casa.
En 2006, IDA llegó a manos del Dr. Thomas Perner, un renombrado comerciante de fósiles de Bad Homburg.
“Sabía que el Dr. Thomas Perner tenía una sensación mundial en sus manos”, dijo Hurum más tarde.
Bajo el mayor secreto, IDA fue examinada por Hurum y dos científicos alemanes más.
IDA fue presentada al público mundial en el lugar más mediático del mundo, el Big Apple de Nueva York. Estuvo presente el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.